La pobreza se combate con vínculos familiares efectivos

En su visita a Chile, la neurocientífica Kimberly Noble puso en el centro del debate una fuerte realidad: la pobreza genera efectos sobre el desarrollo y la anatomía cerebral de los niños. Y no se trata sólo de tomar en cuenta el ingreso económico de una familia para aventurarnos a pensar cómo será el futuro de ese niño. También es fundamental considerar el ambiente donde crecerá, las características de su barrio o entorno, las palabras que escuchará a diario, cómo lo estimulen desde sus primeros días de vida y por supuesto el nivel de estrés familiar que lo acompañará mientras crece. Y en este punto me detengo.

Como Fundación Niños Primero implementamos hace unos años un innovador programa de visitas domiciliarias con impacto probado que atenderá a más de 600 familias este 2019. Lo adaptamos para la emblemática residencia SENAME Casa Nacional del Niño y lo bautizamos “Programa de Re-vinculación Familiar”. Buscamos potenciar apego, vínculo, empoderamiento y estimulación. Primero trabajamos en la residencia con el niño y sus padres u otro familiar que tenga alguna opción de vincularse con ellos, y luego los seguimos acompañando en sus casas una vez que el niño deja la residencia.

Hemos podido constatar que sin un programa articulado y un riguroso trabajo en conjunto con el equipo de La Casa Nacional del Niño es muy difícil lograr que esos padres, que en ocasiones visitan con intermitencia a sus hijos, logren romper el estrés familiar que los ahoga y además consigan establecer lazos de confianza y cariño. En el caso de vinculaciones familiares, es decir cuando otro familiar toma el cuidado del niño, es igualmente valioso acompañarlos, porque ese adulto deberá hacer adecuaciones importantes a su estilo de vida o de familia para recibir a él o los nuevos integrantes.

De ahí la importancia de trabajar tanto con el adulto como con el niño, modelando una nueva relación, entregándoles herramientas para reconstruir su historia basada ahora en la confianza y en la experiencia de compartir tiempo de calidad. Sabemos que el foco está puesto en brindarle a los niños los cuidados básicos como alimento y abrigo, pero es igual de relevante que los padres o adultos significativos son los primeros y más importantes educadores de sus hijos, y debemos acompañarlos en este desafío.

Una alentadora noticia es que en el marco del Acuerdo Nacional por la Infancia (2018) se levantaron 94 medidas para avanzar en torno a garantizar mayor protección a los niños. Tras un año este acuerdo fue evaluado por el Observatorio Vigilantes por la Infancia. De las medidas enfocadas en la protección a la niñez vulnerada, la re-vinculación familiar fue la que obtuvo la mejor nota, lo que se traduce en que como país estamos transitando hacia poner el foco donde éste debe estar: la primera infancia junto a su cuidador principal.